La IA precisa de grandes cantidades de energía por lo que el consumo de energía per cápita sigue creciendo. El uso de inteligencia artificial (IA) requiere grandes cantidades de energía proveniente de tecnologías no renovables que incrementan las emisiones de gases contaminantes y el consumo de enrgía per cápita a nivel global. Esto se debe a que el entrenamiento de los modelos de IA necesita de cloud computing y el uso de grandes centros de datos de las grandes corporaciones, como Google, Amazon y Microsoft. En concreto, la inteligencia artificial de Google representa entre el 10 y el 15% de la energía consumida por la compañía, lo que equivale al consumo de unos 6 millones de habitantes durante un año. Además, los modelos de IA necesitan actualizarse constantemente y analizar nuevos datos para mejorar, lo que se traduce en un consumo energético continuado. La compañía OpenAI, que desarrolla el modelo ChatGPT, trabaja en la eficiencia de su interfaz de programación para rebajar el consumo energético y la factura para los clientes. Las grandes corporaciones se encuentran en proyectos para emplear energía renovable y ser negativos en carbono en el 2030.
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